sábado, 5 de mayo de 2007

Círculos concéntricos



El ágil guepardo se agazapa tras unas hierbas altas esperando que el viento sople en contra. Observa fijamente un impala que cojea y ha quedado apartado del grupo. En unos instantes el guepardo acelerará, se pondrá a más de cien kilómetros por hora y el impala no podrá hacer nada para evitar el trágico destino impuesto por el ciclo vital.

El reportero mira de lejos con unos prismáticos. Las cámaras lo están filmando todo. Por fin, tras seis días de estéril trabajo, descansará con la satisfacción de haber conseguido unas imágenes de esas que tienen tanto éxito en las salas de estar de occidente.

La familia guarda el video de vida animal y apaga el televisor. El más pequeño dice que le da lástima el impala; la mediana se apasiona con la fuerza y la velocidad del guepardo y la mayor envidia poder vivir filmando animales. Los padres dormirán felices porque sus hijos ya conocen más secretos del mundo en el que les ha tocado vivir.

Lejos, muy lejos, a millones de años luz de humana distancia, un ser pentadimensional hecho de antimateria anula las conexiones suprasensitivas y concluye que los humanos hacen de la Via Láctea la galaxia más ridícula y divertida de todo el universo.

© Fermín Villar

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