domingo, 24 de junio de 2007

Confesiones del pie y del pene

El pie mira para arriba y ve que el pene lo estaba mirando, entonces le pregunta:
- ¿Cómo andas?
- Como los ajos, siempre colgado cabeza abajo, y a ti ¿cómo te trata?
- Excelente, fíjate que por las mañanas para que no toque el suelo frío me pone unas chancletas, se mete a bañar me lava muy bien entre todos mis deditos, después me seca a conciencia, me pone mi talquito, luego el calcetín y el zapato.
Después nos vamos caminar todo el día. Por la noche, que estoy muy dolorido, me mete en agüita caliente, me da un masajito con crema, y me deja descansar hasta la mañana siguiente.
-¿Y a ti cómo te trata?
-¿A ti te hace todo eso? ¡¡¡conmigo es un hijo de puta!!!... Te cuento:
Por las mañanas me toquetea varias veces y me dice:
"Vale hermano, para ya"
Luego me mete todo tranquilo en el calzoncillo y ando con dolor de cabeza todo el día. ¡Ah!, pero eso sí, por la noche quiere que esté bien firme, pero lo peor de todo es cada vez que vamos a la cueva, no sabes ¡¡cómo me jode su indecisión!!
- ¿Qué cueva? ¿Qué indecisión?
-¡¡Hombre!! Si entro en la cueva, donde apenas quepo, me mete, me saca, me mete, me saca, me mete...
-¿Y entonces qué pasa?
-¡¡Joder!! ¿Qué quieres que pase?
¡¡¡Me MAREO, VOMITO y me DESMAYO!!!

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