viernes, 6 de julio de 2007

El día que me naciste



EL DÍA QUE ME NACISTE,
las gaviotas,
blancas ellas,
sobrevolaron azules.
Latieron
sobre la espuma,
arenas de mi volcán,
con los sueños
de tu bruma.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Traías en tu camisa,
el aroma de guayaba,
de mangos,
besos con uvas.
Aves en juego,
las manos,
deslizaron
las ternuras,
por morenas
blancas pieles.


Fuimos
besos
labios
fuego
brisas,
caracolas,
sueño.
Sueños.
Sueño,
amor,
con abrazos
y... ¡te quieros!
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
El día que me naciste,
la luna bailó
coqueta,
y amó
el sino inequívoco
de la locura y certeza.



Las señales,
sobre el cuerpo,
prendieron
sonrisas frescas,
y enracimaron
de estrellas,
los festones,
las espumas,
del alba
recién dispuesta.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Caracola,
miel y azúcar,
en azules
soles nuestros.
Bordó en la arena,
la ola,
(caminos
casi olvidados)



y dejó nuestras
pisadas
para siempre
señaladas,
para siempre
ya encontradas,
en la cresta
de su espuma,
que ya se hizo
almohada.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
El día que me naciste,
¡Ay! Amor,
ya sabía que
te amaba.

Anaís

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