“.... mientras la noche es noche
y nosotros
estelas de imposibles.”
Pilar Blanco
ERAN HERMOSAS,
las palabras.
Escuchábamos,
oíamos,
decíamos,
leíamos palabras,
palabras
hermosamente
dichas,
hermosamente
recibidas.
Abiertos los sentidos,
encontraron
sus propios
senderos.
¡Qué alegría
fue entonces vivir
Ahora...
entre tú y yo,
el páramo infinito.
Entre yo y tú,
la mar,
caminos sin atajos.
Los dos
siguiendo estelas
de imposibles,
porque al final
no ha habido,
palpitanto,
un ¡Te quiero!
Y jamás repiteremos,
los anhelantes,
¡Te amo!.
© Ana I. Hernández Guimerá
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