A cal y canto Noviembre cierra su cielo,
y los árboles se vuelven centinelas para
-fatalmente-
inventar el rictus hospitalario de las ramas quebradas,
que poblarán los indigentes peregrinos camino del sur
y las turbulencias con algún retintín flamígero.
Llueve Noviembre a cal y canto,
arduo camino para emprender la tarea que
-sin remedio-
he de interpretar con risas y burbujas,
y hacer creer que mi apoyo es semillero de loas
cuando es cebadero de insólitos cernícalos.
---
©MAR
y los árboles se vuelven centinelas para
-fatalmente-
inventar el rictus hospitalario de las ramas quebradas,
que poblarán los indigentes peregrinos camino del sur
y las turbulencias con algún retintín flamígero.
Llueve Noviembre a cal y canto,
arduo camino para emprender la tarea que
-sin remedio-
he de interpretar con risas y burbujas,
y hacer creer que mi apoyo es semillero de loas
cuando es cebadero de insólitos cernícalos.
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©MAR
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