sábado, 19 de noviembre de 2011

NOVIEMBRE VII


A cal y canto Noviembre cierra su cielo,
y los árboles se vuelven centinelas para
-fatalmente-
inventar el rictus hospitalario de las ramas quebradas,
que poblarán los indigentes peregrinos camino del sur
y las turbulencias con algún retintín flamígero.


Llueve Noviembre a cal y canto,
arduo camino para emprender la tarea que
-sin remedio-
he de interpretar con  risas y burbujas,
y hacer creer que mi apoyo es semillero de loas
cuando es cebadero de insólitos cernícalos.

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©MAR

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