viernes, 16 de marzo de 2012

CIENTO VOLANDO DE CATORCE


El mundo de Joaquín es real y matizado porque surge de la melancolía para desembocar en los impulsos irónicos. El vitalismo de sus consignas procura darle la vuelta a los relojes y a las palabras…”. Así nos habla Luis García Montero en el prólogo de este libro de sonetos, en el que Joaquín Sabina transmite todas sus emociones a lo largo de cuarenta años.

Título: Ciento volando
Autor: Joaquín Sabina
Año: 2001
Editorial: Visor


CUANDO TENGAS FRÍO
Usa mi llave cuando tengas frío,
cuando te deje el cierzo en la estacada,
hazle un corte de mangas al hastío,
ven a verme si estás desencontrada.
No tengo para darte más que huesos
por un tubo y un salmo estilo Apeles
y páginas anémicas de besos
y un cubo de basura con papeles.
Ni me siento culpable de tu lejos,
ni dejo de fruncir los entrecejos
que usurpan de tus ojos la alegría,
si quieres enemigos ya los tienes,
pero si socios buscas ¿cuándo vienes
a repartir conmigo la poesía?


PUNTOS SUSPENSIVOS
Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.
© JOAQUÍN SABINA
CIENTO VOLANDO DE CATORCE
2001

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