
A la memoria de Francisco Gonzalo Herranz Bergara
Flaco, color limón
-entre verde y amarillo-
sus ojos claros inquirían
y su brillo
reverberaba en la mirada
que en la duda
era dura
-a la vez
ansiosa
y temerosa-
y sin embargo suave.
Era un pájaro,
un ave,
ave de cumbre altiva,
ave de gran altura,
de mirada esquiva.
El porte desmañado
zancudo
la nariz aguileña un pico
y el cuerpo frágil
sin su plumaje;
sin embargo ave
lista a emprender el viaje.
No hubo batir de alas
ni ruidos, ni desmayos
sólo un gran silencio,
una oquedad irreparable
un diálogo trunco
y una angustia para siempre....
Por fin los trámites oficiales.
© Francisco Manuel Herranz
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