jueves, 28 de junio de 2007

Elegía a la muerte de mi padre


A la memoria de Francisco Gonzalo Herranz Bergara

Flaco, color limón
-entre verde y amarillo-
sus ojos claros inquirían
y su brillo
reverberaba en la mirada
que en la duda
era dura
-a la vez
ansiosa
y temerosa-
y sin embargo suave.

Era un pájaro,
un ave,
ave de cumbre altiva,
ave de gran altura,
de mirada esquiva.

El porte desmañado
zancudo
la nariz aguileña un pico
y el cuerpo frágil
sin su plumaje;
sin embargo ave
lista a emprender el viaje.

No hubo batir de alas
ni ruidos, ni desmayos
sólo un gran silencio,
una oquedad irreparable
un diálogo trunco
y una angustia para siempre....

Por fin los trámites oficiales.

© Francisco Manuel Herranz

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