domingo, 5 de junio de 2011




Sonetos del amor oscuro. Amor y pasión entre Federico García Lorca y Rafael Rodríguez Rapún

En 1984 se hicieron públicos los Sonetos de amor oscuro. Éste fue el penúltimo capítulo de la historia de silencio, censura y homofobia a la que ha sido sometida la memoria deFederico García Lorca; pues en su publicación el aparato adverso a su condición homosexual trató en vano de ocultar las evidencias del talante del amor indudablemente masculino al que iban dirigidos. En vano porque Sonetos del amor oscuro es una de las obras lorquianas más decididamente homosexual, escrita en los últimos meses de la vida del poeta

Como comenta Ian Gibson, “el académico (F. Lázaro Carreter) casi venía a sugerir que la homosexualidad del poeta era ajena a su creatividad poética”. Y eso a pesar de la claridad de estos versos: “Tú nunca entenderás lo que te quiero / porque duermes en mí y estás dormido. / Yo te oculto llorando, perseguido / por una voz de penetrante acero”

Parece claro que 25 años después de la publicación e interpretación de estos sonetos, resulta cuanto menos ridícula aquella visión moralista y retrógrada con que la España más pacata quería untar a uno de los poetas más reconocidos de nuestras letras. Como por aquel entonces vino a decir el hoy ya desaparecido Vicente Aleixandre, al también poeta José Luis Cano: “lo curioso es cómo en todos los artículos que acompañan a los sonetos se evita cuidadosamente la palabra homosexual, aunque se aluda a ello, pues nadie ignora que esos sonetos no están dedicados a una mujer. Se ve que todavía esa es una palabras tabú en España, en ciertos medios, como si el confesarlo fuese un descrédito para el poeta”. Ciertamente no podría ser un descrédito, pues en Lorca, sexualidad y obra son indivisibles, se retroalimentan, son una misma cosa, de manera que sin la una, no estaría la otra.

Federico amó a Rafael y Rafael también amó a Federico. Como cuenta María Teresa León, escritora y esposa de Rafael Alberti, Rapún quedó completamente afligido, roto, cuando se conoció la noticia del asesinato de Lorca. Fue entonces cuando Rapún se alistó y marchó, literalmente a morir, al frente del Norte. En el frente halló la muerte el 18 de agosto de 1937, justo el día en que se cumplía el año en que lo hiciera García Lorca. ¿Casualidad? No, seguramente desesperación.

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