domingo, 23 de octubre de 2011

A-I


A media voz te digo lo que siento
en este atardecer en que la brisa
se descuelga del cielo y va, sumisa,
imitando las fábulas del viento.

A media voz te digo, todo aliento,
que mi sangre palpita, indecisa,
cuando capta los ecos de tu risa
y el río rumoroso de tu acento.

Decirte más quisiera yo, mi amor,
pero mi voz se quiebra, se me anuda
en las fronteras húmedas del llanto.

Y mi alma se debate en el temblor,
en la feraz colmena de la duda
para gustar la miel del desencanto.

© ÁNGEL CAZORLA OLMO

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