jueves, 5 de enero de 2012

ASOMA LÁNGUIDO


El poema que asoma como figura lánguida
por la puerta trasera del hospital dormido
es éste que tengo haciéndome cosquillas
en el dolor más hondo y en el miedo más clásico.

Pero, a pesar de todo, no esconderé mis huesos
ni lavaré mi ropa para ocultar la sangre.
Que mi crimen se sepa y se sepa mi angustia 
y que por ser humano soy también inhumano.

No voy a deshojarme como una margarita 
ni a pedir que me saquen del agua en que me ahogo,
Sólo diré los versos que no puedo callarme
aunque vengan difusos, lánguidos, caóticos.

A veces las palabras son cuchillos feroces,
otras veces son alas de aves extraviadas
y algunas veces llegan surfeándole a las olas
de un mar de sentimientos que están enloquecidos.

El poema agoniza ahora entre mis manos
aunándose al silencio del hospital dormido
mientras sigo sirviéndome una copa de nada
para brindar por todo lo que acabo olvidando.

© Jorge Luis Estrella

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