martes, 22 de mayo de 2012

ARCO IRIS


Ninguno,
no hay ninguno que no veas;
yendo al horizonte,
entrando tierra adentro,
paseando por la orilla;
riqueza de colores
en tu tierra afortunada.

Hasta en la noche en blanco y negro
donde la sombra difumina,
triunfan sobre la piel
o dentro donde se siente,
vuestras risas de brillantes
vuestra alegría ondulante
pintando esa estampa vivida.

Cual agua bendecida,
cual crucifijo en madera,
acércale estas palabras
a esa angustia posesa
para que abandone tus alas,
que recobren su brillo y ligereza;
vuelve a sentir el eterno vals
girando en los salones de Viena.

Pocos días acaban sin que el negro aparezca;
Morihei Ueshiba; Aikido;
tres palabras con las que acompañar el negro
por la dirección que venía trayendo tristeza,
por la misma se va rodeado de letras;
que lleguen a ti, suaves… susurrando:
lograste despertar mi lado humano.

Dinero, placer, trabajo, lo mío;
y olvido pensar en lo hermoso que es
hablar y acompañar evitando el olvido;
azul has pintado estos días
que tenían el color del momento;
¿Que no te alegrará haber hecho sentir?
¿Ni sonreirás al leer este engendro?

:-)
No soy como tú:
escultora de textos;
tampoco tengo tu:
altura, sensatez, talento;
pero siento placer de poder
acompañarte en estos momentos.

azx

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