EL CAMINO SE HIZO
ESTRECHO,
polvoriento,
perfilado por
muros de piedra
que impedían el
desvío,
aprisionando
al errante
caminante
que avanzaba
despacio,
mientras se
cruzaban
sombras,
sombras
desconocidas,
quizás amigas.
En ese paradójico
llano
y largo camino
te perdiste
un diciembre
cualquiera,
reencontrando
con la primavera
una senda
aun no recorrida.
© Ana Hernández
Guimerá
4 comentarios:
Quizás se marchó prometiendo regresar siempre en cada gota de lluvia, suspiro que se escapa en otoño o búsqueda sin respuesta.
Abrazos, Ana.
¡Es tan lindo leerte!
Son tantos los caminos que es inevitable que pedazos de vida se nos vayan por alguno y no podamos seguirlos.
Besos
Es curioso, pero esto fue un sueño que tuve en una época nada propicia.
Besos a las dos
Madre mía, qué espectáculo de versos! :clap: :clap: :clap: :clap: :heart:
Publicar un comentario