domingo, 13 de mayo de 2007

Cómo hacer un soneto en los fogones



Mis querid@ amig@s, nos encontramos en los fogones literarios para
intentar elaborar deliciosos sonetos. Pasemos sin más a la
elaboración de tan suculento platillo. Lo primero: perder el miedo. Al igual que los primeros huevos fritos nos saldrán escachifurciados, así pasará con nuestros primeros sonetos: nos saldrán encorsetados, torpes y como si anduvieran agatas. La rima parecerá grilletes que intentan atar al lector y retorcer sus miembros. Incluso es posible que la gente sufra al leer nuestras primeros sonetos, que le rechinen los dientes, sí. Que lo asuman o que no nos lean. Nuestro primer ingrediente a utilizar: el valor.
Segundo: los sonetos tienen una estructura, que todos conocen, muy
encorsertada. La típica son 14 versos (¡siempre 14, esto es fundamental!), de once sílabas, organizados al igual que un canapé.
Porque el soneto es un canapé: recuérdenlo:
- Primer cuarteto o rebanada de biscuit. Serán cuatro versos
organizados así en la rima ABBA. En esta rebanada ya ha de plantearse
el tema. ¡¡Del cuál no nos saldremos en todo el soneto!!
el soneto es MONOTEMATICO. No olviden esto.
- Segundo cuarteto o lonchita fina de salmón. Recoge el tema de la
rebanada de biscuit, pero le pone un poquito más de sabor, pasión,
amor… mmm… deliciosusss… La rima sigue siendo encorsetada y
jodida: ABBA de nuevo. Aguanten el tipo aquí, hagan acopio de cleenex
para secar sus sudores, amigos. Pero, aunque se les escape la rima:
¡No se salgan del tema bajo ningún concepto!
- Primer terceto. Ya vamos a lo más sabrosito… las glándulas
salivares de nuestro lector deben empezar a llenarle la boquita
justamente aquí. Aquí ponemos un poquiiiito de queso fundido. Sobre
los dos anteriores cuartetos nos elevamos en el tema, lo sublimamos, damos quizá un levísimo y suculento giro, ¡ah, ah, jugamos! cuidado con la rima, pues tendrá que encajar con el segundo terceto. Veamos:
la rima de este primer terceto junto con el segundo: dos tercetos,
seis versos, y riman de a dos como queramos, por ejemplo: CDE CDE o
bien CCD DEE.. aquí va a gusto del cocinero.
- Segundo terceto o ¡¡estrofa final!! Mon Dieu! aquí hay que coger
al lector o comensal directamente por las pelotas y hacernos con él: sumergirlo en la pena, en el llanto, en la penumbra, en la dicha o el gozo, ¡en lo más elevado del tema que hayamos elegido! No hay que tener piedad con el lector, amigos, él espera ALGO fuerte de nosotros y se lo vamos a dar. Suéltense el pelo aquí, no teman ser exagerados, ni cursis, ni violentos: ¡todo está permitido siempre que sea muy sabroso! Este terceto final recogerá todo el tema que hemos venido señalando y lo alzará como una aguja en una catedral gótica: será una filigrana que se clave en el cielo, un mazazo en la mente de nuestro comensal, arrancará un leve suspiro de placer al inundarle la boca de un exquisito sabor inigualable. Hemos deasegurarnos de que cuando haya tragado ese ú ltimo bocado, el lector sea nuestro. Concéntrense en el último verso: es el fundamental.
¿Qué tal una pizca minúscula de caviar del Caspio con unas gotitas
de champán francés?
Recuerden sobre todo, amigos: que el soneto tiene SOLO UN TEMA. Lo nuestro no es un cocido madrileño, ni una chuletada, ni un plato con muchas calorías. Es corto, ligerísimo, altamente digestivo, con muy pocos condimentos, pero busquemos la manera de hacer una
delicatessen.
Hasta la próxima sesión. Dejen los fogones limpios, por favor.
Blanca Barojiana

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