La musa con su gesto irreverente
Navega por el mar de la sequia;
Rebusco en mi cabeza, noche y día,
Y ella no se muestra consecuente.
La tengo castigada, soy prudente,
Con algo que yo se la martiriza:
La dejo mi pizarra y una tiza,
Sabiendo que mi gesto es exigente.
Me tiene que inspirar un buen poema
Que pueda consolar a aquella amante,
Que exige su placer más importante
Gozando con mis versos imprudentes.
¿No ves como susurra deliciosa
Palabras encendidas de emociones?
Procúrame un soneto en condiciones
De hacerla de gozar tan bella cosa.
© Emilio Medina Muñoz
18 septiembre 2011
2 comentarios:
...y su bella Maresia la dejó de espumas,
lo mejor que habia en un mundo de irisadas caracolas...
Gracias, Anahis.
Emilio.
Qué lindo comentario poeta.
Besos de caracola
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