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viernes, 11 de marzo de 2011

EM/SFC


Queridos amigos y amigas, esta presentación es para dar a conocer la EM/SFC: Encefalomielitis Miálgica o Síndrome de Fatiga Crónica, que tan pocos especialistas saben tratar y, lo más normal, es que te digan que es psicosomático y así recorremos una ingente de profesionales hasta que llegamos a alguno/a que sabe perfectamente cómo tratarte.


Muchas personas que van a leer esto, son enfermos y enfermas como yo, otros/as me comprenden y apoyan con todo su cariño, y a los/las que no la conocen, pues eso, que sepan un poquito de qué va la cuestión. Supongo que así entenderán qué queremos cuándo escuchan que “no nos encontramos bien”

Gracias por leerme.

Aquí dejo el enlace para que puedan verlo y comprenderme:

http://www.youtube.com/watch?v=-rIQLSfEpyo

sábado, 10 de abril de 2010

Carta de un padre con un hijo afectado con Encefalomielitis Miálgica-Enmi o Síndrome de Fatiga Crónica- SFC



Esta carta la recibí hoy vía
www.ligasfc.org
Soy una persona con ENMI/SFC y todas las comorbilidades (otras enfermedades derivadas de la principal) que conlleva.
He pasado por el calvario, no tiene otro nombre, que, resumidamente, relata este padre y es por lo que me siento muy identificada con estas palabras.
Cuando conseguí un diagnóstico, luego de pasar aquí por 30 médicos que me mandaban a Salud Mental ¡increíble! tanto que llegué a pensar que tenían razón y que me estaba volviendo tarumba.
Dicho diagnóstico me lo dieron en Barcelona, dónde se ubican las primeras Unidades de ENMI/SFC y FM (Fibromialgia), y, casi, las únicas.
Ese día cuando por primera escuchaba a alguien que me comprendía y no opinaba, sutilmente, que me lo estaba inventando, empecé a llorar desconsolada, a pesar de decirme que era crónica y que no tenía tratamiento sino paliativo y que se estaba investigando para conseguir el origen de dicha enfermedad. Hasta ahora mismo todo son hipótesis.
La doctora pensó que era por lo que me había dicho, pero no, era por sentirme, al fin, que me hablaban en un idioma que sentía en mi cuerpo.
En mi caso, también tengo que decir, que fui apoyada y comprendida por mi familia y amistades ¡menos mal!

Paso a que se lea la carta que es lo verdaderamente importante.


Apreciados/as:
La Encefalopatía Miálgica (Síndrome de Fatiga Crónica), la Fibromialgia y la Sensibilidad Química Múltiple son tres enfermedades con una elevada comorbilidad entre ellas. Las tres pueden presentar un nivel de afectación dimensional y, en sus manifestaciones severas, tienen un potencial invalidante elevadísimo, difícil a menudo de percibir y de comprender para las personas que rodean al enfermo, ya sea al entorno familiar, laboral o social.

Pero las personas que sufren estas enfermedades tienen, además, un plus de sufrimiento añadido. Un plus que, en muchas ocasiones, llega a convertirse en una inacabable pesadilla: tener que luchar ante la Administración a fin de que les sea reconocida su situación. De nada sirven los informes médicos, aunque provengan de la sanidad pública. Pero la manifestación más perversa se encuentra en el comportamiento de algunos estamentos de la Administración (ICAM, CAD ...) donde se aplica sistemáticamente una etiqueta diagnóstica alternativa, que corresponde a un trastorno psicopatológico, a todas aquellas personas que sufren y acreditan las mencionadas enfermedades.
A alguien que no esté muy al caso de todo eso, puede parecerle extraño este comportamiento y esta aparentemente inexplicable resistencia. El caso es que estas enfermedades crecen cada año y, también cada vez más, se presentan en jóvenes, y en niños. De la misma manera que, cada vez más -lo vemos cada día a nuestro alrededor- crecen las alergias y las intolerancias. Quizás, para la Administración, tratar estas enfermedades con la naturalidad y rigor que se trata el cáncer o el Sida, llevaría a cuestionarnos muchas cosas de nuestra sociedad ... quizás demasiadas cosas. Resulta mucho más fácil -y mucho más económico- etiquetar a todos los enfermos de "depresivos" aunque se trate de personas que luchan cada día para vivir al máximo cada uno de los segundos que las energías les permiten.

Como psicólogo clínico y como padre de un joven afectado por las tres enfermedades me he negado siempre a someterme al salvaje e irresponsable diagnóstico aplicado a mi hijo en el CAD (Centro de Evaluación de Discapacidades) de Badal, el año 2008. La razón repetidamente esgrimida de que estas enfermedades no figuran en los baremos de valoración, no me sirve. No se sostiene por ningún lado que se utilicen unos baremos de hace un montón de años (quizás no interesa modificarlos) y no se sostiene por ningún lado que una persona tenga que verse oficialmente etiquetada con una enfermedad que no sufre.

Después de mucho tiempo de ver cerradas todas las puertas para argumentar y discutir la situación, pedí una entrevista con la honorable consellera Capdevila, de quien dependen los CADs. Pasado un año y habiéndome negado la entrevista, me dirigí el pasado diciembre a ella, a través de una "carta abierta multimedia". Era el 20 de diciembre de 2009 y ahora, tres meses después, el 20 de marzo de 2010, le dirijo otra comunicación para explicarle algunas de las cosas ocurridas en este trimestre. Os agradeceré que hagáis difusión de ella simplemente en la medida en que vuestro sentido común os lo diga. En cualquier caso, tenéis mi agradecimiento por vuestra atención.

http://www.youtube.com/watch?v=rdFA7U90VYY


Salud y gracias,

Josep Carbonell

miércoles, 14 de mayo de 2008

12 de Mayo de 2008

Día internacional de le Encefelomilitis Miálgica mal llamada, porque da lugar a errores, Sindrome de Fatiga Crónica. Enfermedad que tengo desde hace 8 años, aunque los síntomas se remontan a más atrás, con un grado de III-IV de severo a grave.
Según la Web de Mónica Arbitrio podemos leer lo siguiente:

"La Encefalomielitis Miálgica (ENMI) es una condición clínica severa y muy debilitante que afecta el Sistema Nervioso Central y su conexión con los Sistemas Inmune y Neuroendócrino. Es comúnmente conocida como Síndrome de Fatiga Crónica (SFC)

Produce variados niveles de discapacidad, deterioro reversible de las funciones cognitivas, dolores musculares y/o articulares incapacitantes y limitaciones en la actividad física y/o intelectual.

Tiene una manifestación clínica heterogénea y a pesar que no se cuenta aún con un marcador biológico especifico, es clínicamente reconocible. Las personas afectadas funcionan con un nivel de actividad substancialmente menor al que tenían antes de la enfermedad.

Presenta un patrón de síntomas y rasgos característicos:

Agotamiento extremo que no cede con el reposo y empeora con la actividad física y mental.

Malestar o cansancio post esfuerzo de difícil recuperación.

Limitación en la actividad.

Dolor de cabeza de un nuevo tipo, patrón y severidad.

Dolores musculares y articulares debilitantes.

Trastornos en el sueño.

Disfunciones neurocognitivas como dificultad para pensar con claridad, trastornos en la memoria de corto plazo, déficit de atención, confusión, lentitud en el procesamiento de la información, alteraciones de la percepción y de la motricidad.

Febrícula (fiebre <>

Inflamación de ganglios.

Presión baja.

Intolerancia ortostática.

Hipersensibilidad a los estímulos externos.

La etiología o causa de la ENMI es todavía poco clara, si bien han sido identificados varios factores de predisposición genética, víricos, agentes disparadores, así como también factores que contribuyen a su mantenimiento.

La ENMI cuenta con un subyacente proceso de enfermedad poco claro. Las investigaciones han demostrado la presencia de anormalidades inmunológicas, endocrinas, neurológicas y musculoesquéleticas, las cuales podrían ser parte del proceso primario de la enfermedad, o consecuencias secundarias al mismo.

Hasta el momento, la literatura científica ofrece varias hipótesis y propuestas para explicar cómo la ENMI puede ser causado y sostenido. La calidad de estas teorías es variable, y algunos de los mecanismos sugeridos están más bien basados en asociaciones que en posibles causas o encadenamiento de factores.

Para el diagnóstico se cuenta con los criterios diagnósticos clínicos canadienses (2003) y para la investigación con los criterios diagnósticos Fukuda (1994) revisados y actualizados en 2003 por el CDC.

Aún no se cuenta con un tratamiento definitivo o que genere una remisión de larga duración. Sólo hay tratamiento paliativo.

El tratamiento de la ENMI debería ser considerado en forma personalizada, con un seguimiento y control periódicos, por parte de un médico de cabecera. El mismo debería derivar en interconsulta a las especialidades que correspondan, acompañando el proceso de recuperación con una rehabilitación físico-cognitiva que contemple el ejercicio gradual y la estimulación cognitiva. Así mismo, se debería incluir técnicas educacionales y de apoyo psicológico y social, así como favorecer una buena relación médico-paciente.

La falta de un diagnostico preciso y la prescripción de tratamientos erróneos pueden conducir a las PscENMI (personas con ENMI) a un mayor deterioro y en casos extremos a la parálisis.

En un gran número de casos, la ENMI conduce a un crónico debilitamiento. El grado de discapacidad física y/o intelectual varía enormemente, pero la característica clínica dominante de profunda fatiga esta directamente relacionada con el tiempo que la persona persistió en el esfuerzo físico y/o mental desde el comienzo de la enfermedad.

Características Principales

La Encefalomielitis Miálgica con sus numerosos síntomas y sus variadas manifestaciones es clínicamente reconocible a partir de sus características más definitorias:

1. Presenta un patrón de síntomas característico, entre los más destacados:
Agotamiento extremo, dolor de cabeza de un nuevo tipo, patrón y severidad, dolores musculares y articulares debilitantes, trastornos en la memoria de corto plazo, déficit de atención, fiebre, inflamación de ganglios, presión baja, hipersensibilidad a los estímulos externos.

2. Su rasgo más patognomónico, la limitación en la actividad; el paciente no puede sostener una cantidad de actividad normal. Se produce un desequilibrio entre la capacidad de hacer y el reposo. La actividad por menor que sea resulta siempre excesiva, y el descanso nunca parece suficiente.

3. La intolerancia ortostática es un factor esencial para el diagnóstico. Todos los síntomas empeoran cuando el paciente está en posición vertical y tienden a mejorar en posición horizontal. Un bajo volumen de sangre y la presión baja juegan un rol decisivo en la manifestación de este síntoma.

4. Su cronicidad, el día a día de la persistente sensación de enfermedad es esencial para el diagnóstico. Tener un “buen día” no significa para esos pacientes “estar bien” sino estar mejorando por encima del promedio de los días anteriores.

5. La fluctuación de su severidad y sus sucesivas recaídas y remisiones. Los síntomas tienden a agravarse por estrés físico o emocional y a mejorar con reposo y descanso.

Esta enfermedad se expresa de distintas maneras en cada persona y en su manifestación participan numerosos factores de predisposición genética, agentes disparadores, así como también factores que contribuyen a su mantenimiento o mejoría..."

Es una enfermedad de las llamadas invisibles para la gran mayoría de los profesionales y que obliga al enfermo/a a deambular de médico en médico hasta llegar al especialista que realmente conoce el tema, pero antes pasaste un calvario oyendo "todo está en tu cabeza" "tú no tienes nada" "estás deprimida" etc. etc... Una alegría ¡vamos!

Afortunadamente en algunos sitios de la península y sobre todo en Barcelona, sí que existen Unidades de ENMI/SFC.